HARAS SAN REMO: “ME JODIO EL CABALLO”. LA CORRUPCION ES
LA TRAMA DEL HIPISMO EN VENEZUELA
Todavía
nos sorprendemos de lo que ya no nos puede causar sorpresa. Es bueno recordar
que a un caballo de Bellardi (THE MASTER ANGEL) le dispararon en el anca para
retirarlo y que al caballo Campeón de Venezuela, ganador del Gran Premio Simón
Bolívar: COMEDIANTE, lo envenenaron, y hasta hace poco, un tal BOTALON, una
super torre, rueda su jinete antes de la llegada habiéndose desprendido en la
punta. Y las carreras “aliviadas”, un eufemismo elegante, de lo que se conoce
como un vulgar arreglo o guiso, son tantas que enumerarlas nos llevaría a
competir con los tomos de la Enciclopedia Británica. Y todavía hay ingenuos que
creen que el hipismo venezolano es un deporte, por Dios. El hipismo venezolano,
salvo una que otra excepción, es básicamente una industria bajo el control de
las mafias con la complicidad directa de sus administradores, llámese: INH. Es
por ello que poseemos un espectáculo chimbo fundamentado en la precariedad. En
el Zulia se debe estar rompiendo un record mundial, no sólo de “arreglos” sino
que al no tener foto finish para establecer la llegada de los caballos a la
meta, todo se dirime a “ojo”, los vitales tiempos y cuerpos que en cada llegada
se deben registrar NO SE HACEN, y esto es demostración de un hipismo lastimado
y torcido. El que juegue en ésta condiciones o está enfermo por el vicio o es
un redomado masoquista al que le gusta regalar su dinero.
Hace
unos meses atrás el sindicato de los jinetes estableció una nueva balanza de
pesos violentando el reglamento vigente de carreras, y las autoridades, en una
demostración más de debilidad y falta de autoridad, les complacieron. Con esto
se demostró toda la fragilidad del entorno legal que debería regular la
pulcritud del espectáculo hípico. La anarquía se instaló en el hipismo y la
gente seria y profesional ha sido apartada. Lo que hay son intereses extra hípicos
fundados en el lucro desmedido y bajo una impunidad sino total, casi absoluta, bajo
el más descarado disimulo de una “autoridad” complaciente, que no es otra, que
el INH. La corrupción es hoy la trama del hipismo en Venezuela, y quién no
quiera ver esto es un completo tonto.
Muchos
jinetes, entrenadores, propietarios y criadores se han hermanado alrededor del
crimen y la corrupción, y nos han hecho creer que el hipismo es un deporte
noble y que los sistemas de apuestas están regidos por la justicia. Otra
ingenuidad mayúscula. Estas marramucias que hemos podido observar durante estos
últimos meses creo que definitivamente anuncian la muerte del hipismo en
Venezuela. Y no es que seamos pájaros de mal agüero, es una constatación basada
en los hechos. O el hipismo se regenera o se muere por la corrupción en manos
del crimen. Y ya sabemos que al lado del crimen hay política. Y también sabemos
que el hipismo es reflejo del país en crisis en el cuál ahora vivimos y
padecemos, y es por ello que éste problema es complejo.
Ayer
a la “torre” de nombre AILEEN le cambiaron al jockey a última hora sin que nadie
en el INH se preocupara en informarlo previamente a los apostadores. Al parecer
el cambio se debió a que la yegua tenía órdenes de ir para atrás. Yo que estaba
en un centro hípico le jugué a la yegua una fuerte cantidad de dinero que
obviamente perdí porque la carrera estaba arreglada. De haber sabido lo del
cambio de monta es muy probable que no le hubiese apostado nada. Luego vino el
colmo de los colmos: MR HIGHCHAR, la super torre del día. Esta vez se
combinaron los camarógrafos, el palafrenero, el juez de partida y el jinete
como los actores principales de un drama colectivo para joder al llamado “pueblo
hípico”. Y digo actores principales porque son los “visibles”, los “invisibles”,
que de seguro son los pesos pesados, jamás sabremos sus nombres. Esto a su vez
me lleva a recordar otro famoso caso en que a un caballo del entrenador Oscar
González y con la monta de JC Rodríguez (PRINCESSQUILLA) les mandaron a correr
para atrás bajo la amenaza de matar al hijo de un capataz de cuadra al que le
habían secuestrado su hijo. Que esto pase, ya es algo fuera de lo normal,
sorprendente, pero que nadie haga nada por corregir estos atracos a mano armada
para que no vuelvan a presentarse, ya si no tiene nombre. Ya uno entiende que
entrenadores “románticos” como Julio Ayala, no hayan podido seguir respirando
tanta porquería alrededor de un hipismo en completa decadencia. Pero volviendo
al caso de MR HIGHCHAR, que vino a representar el regalo de fin de año de todas
las mafias hacia su fiel clientela de bobos, donde me incluyo, creo que se ha
tocado fondo.
La
nueva y bella Ministra del Deporte, la esgrimista desubicada, que acaba de
indultar a todos los pillos sancionados por ejercer comportamientos contrarios
a la pulcritud del espectáculo, envió un peligroso mensaje a todos: la impunidad
si paga. Y es que luego de lo sucedido con MR HIGHCHAR todos sabemos que aquí
no va a PASAR NADA. En dos semanas nos volveremos a encontrar jugando y
perdiendo nuestro patrimonio para la más completa satisfacción de la Banca
Suiza. Y es que nadie en el fondo nos obliga a jugar, pero el vicio es el
vicio, y por ese lado, también estamos jodidos. Nosotros los jugadores de caballos,
aunque la chillemos, somos parte de éste engranaje dañado y pernicioso, y sobre
nosotros, también recae nuestra alícuota de culpa.
Termino
con el tweet que envió la gente del Haras San Remo, propietarios, del
malogrado: MR HIGHCHAR: “ME JODIO EL CABALLO”, de seguro, y esto es sólo una hipótesis,
que la misma gente del Haras San Remo sabían del guiso, y ya sabemos que muchas
veces se gana más parando a un favorito que cobrando con el mismo. Lo que les
molesto a los del San Remo es que terminaran de lastimar horrorosamente al
caballo para lograr el cometido de “pararlo”, es decir, que al caballo lo
cortaron, le produjeron la herida, para evitar que corriera. Lo del jinete L.
Rangel, es sólo, mal teatro, del que ya hemos visto unas cuantas reptaciones.
Hoy sabemos que al caballo MR HIGHCHAR lo sacrificaron, y sea porque la herida
que le infringieron (la lesión) era un hecho irreparable, o también, para
esconder la evidencia del delito, como ocurrió hace unos años atrás con el “desparecido”
caballo MI CHEMITO, al cual sus allegados, gente vinculada a los “pesos pesados”,
creo que incluso, su principal propietario fue Presidente del INH: Anselmo
Alvarado Dorato, mandaron a incinerar al caballo porque su identidad genealógica
no correspondía a lo que habían declarado inicialmente, es decir, MI CHEMITO,
corrió con una falsa identidad para favorecer los intereses de sus allegados.
Una
vez más nuestro hipismo está de luto. Se nos va el año 2014 y hay que decir que
el hipismo en Venezuela es una vergüenza, salvo una que otra, satisfacción. El
gran deseo de los hípicos de corazón: salvarlo y recuperarlo a través de un
sincero saneamiento.
EL JUEGO DE
LOS CABALLOS